domingo, 21 de junio de 2009

Los pajaritos y el fuego

Hacía mi camino de vuelta a casa a la madrugada, los pájaros empezaban a cantar. El azul, aunque tenue, se podía reconocer ya. Giré a la izquierda para subir la primera cuesta de mi camino. Por estar un poco distraído me asustó una paloma que volaba muy cerca mío y se plantó justo a mi derecha caminando en mi misma dirección durante un trecho. El susto pasó rápido pero había quedado un sensación de incertidumbre.

Continué mi camino, podía respirar algo de la tensión en el ambiente. Un par de minutos después estaban sonando las sirenas. En una esquina se encontraban algunas personas muy alteradas que alzaban los brazos y mostraban su desesperación, llegaron los bomberos justo cuando pasé por ahí. Miré a la izquierda y al final de la calle había un carro en llamas. Aparte de los bomberos dos hombres corrían hacia el fuego. Apuré el paso para no enterarme y alejar de mi el morbo.

Llegué a la plaza. Tres jóvenes conversaban sentados en el suelo bebiendo los últimos restos del licor. Algunos turistas tomaban fotos. Una pareja muy elegante había salido hace poco de una fiesta. Alguien liaba un cigarrillo con calma y placer. Los pajaritos se oían ya muy claramente. Llegaban más y más policías. La tensión que se vivía a un par de cuadras apenas alteraba el ambiente de la plaza. Ya solo tenía por delante la segunda cuesta que es muy corta. En mi edificio reinaba el silencio. En mi mente no reinaba nada: ni el fuego ni el canto de los pajaritos ni el efecto de una largo trasnocho.

9 comentarios:

AlejoCaRozo dijo...

Una de las cosas que le pedí de regalo a mi mejor amigo hace algún tiempo, fue que siempre me dijera sin embajes lo que opinaba, pues consideraba que su criterio hacía méritos para ser tenido en cuenta, al menos como un referente de acción o pensamiento. Evidentemente, ningún tipo de censura puede versar sobre lo que opinamos, pues ello restaría enormemente su valor intrínseco. Lo que se diga se tiene que decir, sea una apología, un elogio o un bofetón. Espero entonces que valore mi honestidad cuando le digo que es mejor esperar un poco más de inspiración para iniciar cualquier ejercicio literario, y no simplemente escribir por escribir, como lo haría una adolescente frente a su diario. Creo que la última oración explica la calidad de su escrito.

bubblemaker dijo...

La verdad... el valor literario de una obra lo da el "crítico de arte", considero muy a mi pesar que el escritor al menos en algunos casos, por no decir en todos se separa de sí mismo y sobretodo de su razón para escribir, aún cuando no ejerza la escritura como "su profesión", el ejercicio "literario" es un deshacerse de mi yo para entrar en un mundo de éxtasis que permite entrar a otros lenguajes, muchas veces creemos que las palabras más "bonitas" o los pensamientos más complejos dan razón de ser a la literatura, por mi parte defiendo eso de no tener nada en la cabeza, sabes Dieguito... eso es muy zen... y la sencillez y simplicidad son algo que siempre he admirado en un escrito, simplicidad y sencillez que a la hora de la verdad dicen mucho.. tu vacío... tu acefalía como lo diría uno de mis grandes amores, me dejan a mi más que pensar que si tuvieras la cabeza llena de cosas... un saludo!.. es mejor no pensar...!!

Diego Andrés dijo...

No siempre las palabras salen para ser literatura. Y de hecho, como comentaba Isabel, no es el autor quien decide si un escrito es literario o no. No publico con el ánimo de hacer literatura porque considero que eso sería demasiado pretencioso. Escribo para opinar, para poner el dedo en la llaga, para reír, o como en este caso para recordar una experiencia curiosa en la que los animales han tenido un papel muy importante. Lastimosamente muchas otras de esas experiencias se han perdido en los confines de la memoria y es algo que lamento.

Berubara dijo...

... "Evidentemente, ningún tipo de censura puede versar sobre lo que opinamos, pues ello restaría enormemente su valor intrínseco...".

La censura es un tema que siempre me ha gustado. Soy de las personas que halla en la sensura in extremis un buen motivo para fustigar los regimenes de extrema izquierda. Para mi, tener a la gente callada es casi tan grave como el hambre y la falta de hospitales.

Personalmente, prefiero la censura en dosis minimas, microscopicas, casi inexistentes. Lo apenas necesario para mantener el nivel de moral social que evita la antropofagia.

Alejocarozo dijo...

Qué bueno haber suscitado el debate! Espero que no les moleste que postergue mi comentario para un futuro por falta de tiempo hoy.

Diego Andrés dijo...

Pues de los pajaritos a la censura hubo un extraño trecho pero me gustaría decir que "me gusta" la censura en dosis inexistentes (no veo ninguna necesidad para dosis microscopicas). Repito mucho que en este mundo gran parte de los problemas son de comunicación. Existe algo de mala voluntad también, pero lo que hace que prospere es que "la verdad" es ocultada o maquillada sistemáticamente.

Respecto a la relación entre censura y política, es evidente que los regímenes de izquierda contienen de hecho, instituciones dedicadas exclusivamente a la censura. Pero sería ingenuo pensar que en los de derecha la censura apenas existe. Todo Estado debe censurar a sus enemigos políticos. Los poderosos Estados "de la derecha" mantienen a sus enemigos casi completamente fuera de las fronteras donde pueden actuar con peligro.

Berubara dijo...

diego andres, tengo dos observaciones a tu comentario:

1. "... "me gusta" la censura en dosis inexistentes (no veo ninguna necesidad para dosis microscopicas)...". Creo que si hay razones para la censura en pequenqs dosis, en especial cuando se trata de proteger derechos fundamentales segun se presente el caso. Decir que la censura deberia ser inexistente incluso en es esos casos es moverse sobre la delgada linea entre la defenza a ultranza de la verdad y la simple satisfaccion del morbo y la curiosidad publica... y, creeme, es facil confundirlas. Lo que pasa es que la censura no es un metodo privativo para ocultar grandes verdades politicas, tambien es un metodo de ordenacion de los limites entre la vida publica y la privada de cada uno.

2. Mi segundo comentario lo escribo despues porque me esta esperando un taxi. Bye!!

Alejocarozo dijo...

Bueno... lo de la censura lo decía para justificar la crítica que le hice al texto. Tomó otras direcciones, lo que es inevitable cuando muchos ojos confluyen a un mismo texto: cada quien rescata lo que le dice algo.

Creo que los primeros comentarios (incluyendo el mío) adolecen de esos problemas de comunicación de los que habla mi amigo: yo dije "ejercicio literario", que fue interpretado como "literatura", que llevó a una serie de consideraciones sobre la escritura y hasta las características psicológicas supuestamente inherentes al acto de escribir. Quedará en la sombra, (a menos que le encendamos una velita) aquello que entendemos por cada cosa, para saber qué fue lo que cada uno entendió o quiso decir.

Lo que más me llamó la atención del comentario de bubblemaker es la referencia al Zen. Independientemente de lo conveniente o inconveniente de esas dos características en un escrito, creo que bubblemaker se delata cuando escribe que lo simple "a la hora de la verdad dice mucho". Has llenado de contenido la simpleza, quitándole así lo más esencial de su naturaleza: ser simple. Si estás buscando "mucho", es mejor no buscarlo en el Zen.

Salud! Me voy!

Diego Andrés dijo...

Retomo este espacio después de unas semanas de abandono.

Respesto a la censura, la entiendo ejercida sobre la información de interés público. El trabajo de definir esto de "la sociedad" y el periodista. El ejercicio es complicado, pero es claro que el morbo la simple satisfacción del placer no hace parte del interés público. Esa pequeña dosis de censura sobre lo público es un rezago de esatismo y oscurantismo que por fortuna, vamos superando (al menos en la teoría).

Respecto al tema literario podría decir que no estoy de acuerdo con que el la naturaleza de la simpleza sea la ausencia de contenido. De hecho opino todo lo contrario. Una regla o sentencia es mejor entre más simple, desde el punto de vista científico la fuerza va siempre acompaña de simpleza, como ya lo escribió Ockham hace mucho tiempo. desde el punto de vista artístico es diferente, claro. La belleza está presente en lo simple y en lo complejo, en lo evidente y en lo oculto, etc.

Por último (y consciente de que me arriesgo a decir o proponer burradas) diría que entiendo por literatura el arte de leer y escribir, o sea, lo que tiene por objeto encontrar o crear belleza en estas dos actividades. Por eso dije que no todas las palabras se escribían para ser literatura. Pero no me puedo imaginar un ejercicio literario que no tenga como fin crear literatura.

Bueno, me extendí un poco pero saben que me gusta mucho darle cuerda al debate. Saludos amigos!