miércoles, 7 de julio de 2010

Descubrir

Tantos porros han pasado conmigo por las calles oscuras tan repetidas y tan irrepetibles. Y he visto tantas cosas claras de esas que les pasan a las cosas que se nombran con las palabras más sencillas. Pocas veces se siente tanta claridad con la ciencia como cuando se desvelan esas simplezas. Todo descubrimiento es una paso más hacia la libertad, uno o muchos, tortuoso o sinuoso, en una o mil direcciones, pero paso al fin y al cabo, siempre en posible dirección a esas utópicas e irremisiblemente seductoras, innombrables, "verdades infinitas".

¿Cada cuánto llegan descubrimientos a nuestra vida? ¿Cada cuánto? ... cuando tenemos pocos años ... cuando tenemos hijos ... cuando rompemos corazones ... cuando es el nuestro el que estalla ...

¿Por qué no llegan nunca o llegan tan a menudo que nos asustan y confunden? ¿En qué materia nos prohibimos la curiosidad y cuál amasamos a diario para refugiarnos en nuestras piedras vacías aprendidas en común y cocidas al fuego de lo más frágil de la cultura?

3 comentarios:

Beatriz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diego Andrés dijo...

Muchas gracias violeta .. lo sé ... _debería_ escribir más ... tal vez un día (no tan lejano) haga más cosas de esas de las que debería ..

Alejocarozo dijo...

Me alegra que haya retomado el blog. Me gustò mucho esta entrada. Adolecemos del mismo problema señor Asenjo: carecemos de perseverancia y de trama en nuestra literatura.